La mañana es fría
y clara. No hay mucha circulación por la autovía y el técnico viaja tan a gusto
como siempre que tiene que realizar una instalación lejos de Madrid. El otoño
se esparce durante todo el recorrido. Apetece abrir las ventanillas y cerrar la
cremallera del abrigo. Las últimas lluvias han dejado los campos empantanados.
El
técnico quedó con el Dr. Torpez en que llegaría a la una de la tarde. El
técnico piensa que no interesa llegar antes de las tres y media.
A
las tres de la tarde, después de haber tomado cuatro raciones de aceitunas y
dos cervezas, el técnico considera que es buena hora para llegar al Hospital
Provincial Reina Sofía e ir metiendo el material. Los nervios del Dr. Torpez y
de todo su equipo no son suficientes
como para esperar al técnico a la hora prevista. Después de dos horas pululando
por el Hospital Provincial Reina Sofía, comienza a montar la cámara en el
quirófano, esta vez sin ni siquiera vestirse de verde. No hay pijamas en el
Hospital Provincial Reina Sofía a la hora
a la que el técnico puede montar. De cualquier forma aunque hubiera
pijamas seguiría sin existir las mínimas normas de esterilidad.
Poco
después de finalizar la instalación dos celadores transportan a la paciente
desde la planta hasta el quirófano donde el cámara le tomará unos primeros
planos para la explicación del caso...
Paciente
tetraplégica de 18 años ingresa por escoliosis neuromuscular producida hace 15
años por mal tratamiento de una anoxia convulsiva congénita...
Si bien es un poema situar a la jovencita sentada sobre la
banqueta, no lo es menos la cara de su madre mirando alternativamente a su
hijita, a los focos, al técnico... El cámara le intenta echar una mirada
tranquilizadora pero sin éxito. Termina
de grabar los planos por indicación del cirujano y los celadores vuelven a
montarla en su camilla, no sin esfuerzo, como si fuera un saco terrero.
La
joven de 18 años ingresada por escoliosis neuromuscular a causa de anoxia peri
natal convulsiva, es verdaderamente poco más que un saco terrero.
A
la mañana siguiente, y con dos horas de retraso, todo está preparado para la
intervención con la Técnica CD - 2 Horizon, de Laboratorios Osteo
Ibérica. El bisturí corta lo que tiene que cortar; el cámara graba lo que tiene
que grabar; el anestesista duerme a quien tiene que dormir y en la radio se
escucha la música que nunca debió de sonar en una grabación en directo:
"María del Monte y Sus Grandes Éxitos"
Después
de cinco horas de intervención el cirujano ya no sabe apenas ni por donde va.
La enferma ha terminado con toda la anestesia que es capaz de metabolizar y por
el quirófano revolotea una gran mosca verde que no deja de intentar posarse
sobre el campo operatorio. En el último intento de espantar al insecto, el
instrumentista ha estado muy cerca de clavar las pinzas acodadas en el ojo de
su asistente mientras el cámara intenta calcular las veces que la mosca ha
cruzado por delante del objetivo durante la última media hora. Si esto sigue
así tendrá serios problemas para aprovechar algún plano de la última hora de
grabación. Se duda entre abrir las puertas y ventanas de par en par o en cerrar
todo a cal y canto. Se opta por lo primero ya que por otra parte las ventanas
del pasillo han estado abiertas de par en par durante toda la operación. El
cámara piensa, desde la ignorancia, si no habrá sido éste el motivo por el cual
la mosca verde entró en el quirófano nº 5 del Hospital Provincial Reina Sofía
de Córdoba.
Comienzan
a coser a la jovencita desde el cuello hasta el coxis y todo el personal de
quirófano parece mucho más distendido y jovial. No olvidemos que la paciente
todavía respira, lo cual es motivo de regocijo para todos, incluido el cámara
que lentamente y con un dolor de espalda brutal va recogiendo todos y cada uno
de sus pertrechos, sin olvidar el ponerse unos guantes por lo que pudiera
suceder al enrollar los cables que estuvieron por los suelos. Mientras el
cámara va cargando su material en el coche los doctores van reponiendo fuerzas
en un restaurante cercano al Hospital. No hay ocasión para despedidas. Enfila
la autopista a toda la velocidad que proporciona su vehículo y solo aminora la
marcha cuando observa algún coche estacionado sospechosamente en el arcén.
Transcurre el viaje como siempre, entre la fatiga y los recuerdos de la
actividad realizada cuando divisa la gasolinera donde venden Aceite
de Oliva Virgen Extra "EL MISMO", envasado
por Cooperativa Olivarera "Virgen de la Estrella" ubicada en la calle
de Juan de la Cruz, 7 de Lilla del Río provincia de Córdoba. Su Registro
Sanitario es el nº 16553/Co. y es conveniente consumirlo preferentemente
antes de un año. Su
acidez máxima es de 0,5. º Aunque al viajero le gusta más el de 1º. Le
pregunta al encargado si tiene Aceite de
Oliva Virgen Extra de 1.º. El encargado le contesta:
__Ansí
que e de un grao, lo que e e que la papela e de medio grao pero el aceite e de
un grao, ¿no lo ve?
El viajero le pregunta cuanto es, el
tendero mira el horizonte y al cabo de un buen rato le contesta: __Catocemil
nuevecientas, ceñó__
Ya
con los diez litros de aceite en el coche prosigue su viaje intentando imitar
en voz baja el acento del tendero-gasolinero.
Son
las doce de la noche cuando comienza a ver las luces de la ciudad y ya solo
piensa en descargar y dar buena cuenta de una ensalada de endibias con
cebolletas, ajetes, alcaparras, cebollino, sal de ajo, vinagre y Aceite de
Oliva Virgen Extra de 0,5.º o de 1.º.
Después de mojar media barra de pan chapata y beber dos cervezas Mahou
cinco estrellas, el viajero va entrando en un reconfortante sopor donde se
entremezclan imágenes de quirófanos, sangres, pacientes, cámaras de vídeo,
carreteras, tenderos, gasolineras y aceites viscosos como leches condensadas,
esperando la llegada de la próxima epopeya.