Bien, De Juana, Bien

       Por fín nuestro amigo De Juana Chaos ha entrado en la cárcel y ha entrado en razón. Dos entradas que a muchos nos llena de un gozo especial. Ha entrado en la cárcel de donde nunca debió salir y ha entrado en razón al entender que el verdadero castigo para sus asesinatos, lejos de cumplir varios años de cárcel, es el de autoejecutarse dejando de comer.

       Bien, De Juana. Gracias por ahorrarle a las autoridades penitenciarias otro trago más. Tu mismo, De Juana has decidido juzgarte merecedor de la muerte y adjudicarte la misión del verdugo. Bien, De Juana, bien. En la cárcel de Martutene tendremos menos ocasiones de que los medios de comunicación nos ofrezcan imágenes de tu lento deterioro. Gracias De juana por intentar sentar un precedente con esta decisión, ahora que ni siquiera a Rubalcava le importa un carajo tu asquerosa vida. Gracias te digo por ayudar a que otras alimañas de ETA sigan tus mismos pasos. No puedo imajinar que el fin de ETA vaya a ser por inanición en vez de negociación. Oye, De Juana, ¿Tu crees que esta actitud será contagiosa? Dame una alegría y dime que vas a cumplir tu palabra y no vas a probar ni un bocadito de sanwich de jamón york.

Chao, De Juana

     1987 fue, sin duda, un año horribilis para josé ignacio de juana chaos. Fue el año en que las fuerzas de seguridad le dieron caza (nunca mejor dicho) junto a varios “compañeros de trabajo”.
¡Con los buenos resultados que había obtenido en 1986…! En aquel año solo pudo asesinar a veinticinco ciudadanos de este país. Y mira que lo intentó, pero no pudo asesinar a nadie más, ni siquiera al fiscal Burón Barba, ni al presidente del Supremo Antonio Hernández Gil, ni a los setenta heridos de la plaza de República Dominicana.
En fin, no todo sale como uno piensa, pero de todas formas no estuvo mal, veinticinco cadáveres destrozados en menos de doce meses. Demasiado trabajo y responsabilidad al hacerse cargo de la dirección del comando Madrid a principios de 1986. Pero ya tuvo que dejar de asesinar.
Los jueces torturadores de este país le condenaron a cerca de tres mil años de cárcel de los que cumplió menos de veinte, es decir, apenas un año de cárcel por muerto. Y todo fue legal. Se le redimió pena por estudiar, por escribir, por trabajar… siempre siguiendo rigurosamente un código penal establecido hace años y que ningún partido político tuvo arrestos de modificar. Tan ineptos somos los votantes de este país, por mucho que digan algunos, como los políticos responsables de gestar las leyes que determinan el tiempo en prisión de una alimaña como josé ignacio de juana chaos.
El 2006 vuelve a ser un año horribilis para este individuo. Cuando ya se veía en la calle después de cumplir su condena por los veinticinco asesinatos, decide que no quiere cumplir tres años más por amenazas terroristas y que se declara en huelga de hambre hasta que lo excarcelen.
¿Y la gente que piensa de todo esto?
¿Qué al pobre hombre le deberían mandar a su casa?
¿Qué lo peor que puede pasar es que
 "se nos muera en los brazos"?
¿Qué al fin y al cabo ya casi había cumplido sus penas?
Pués no, creo que no es esto lo que piensan la mayoría de los ciudadanos de este país. Otra cosa es que lo digan. Creo que la gente de este país está rabiosamente enfrentada a esta resolución de nuestros gobernantes mientras la alimaña recobra el conocimiento cada vez que se revuelca con su novia en la ducha de su habitación.
¿Pero no estaba tan grave?
Para esto si tiene fuerzas este mal nacido, y también para salir andando de la ambulancia que le trasladó a su querida tierra euskalduna. ¡Que vergüenza!, primero intentan matarnos y luego a los que quedamos nos engañan miserablemente. Y si a alguien se le ocurre hablar de pena de muerte o cadena perpetua enseguida le tachan de inhumano, inmoral y retrógrado. Pues bien, querido josé ignacio, yo te digo que aborrezco la pena de muerte para ti, porque esto acabaría con la posibilidad de que sufrieras todo lo que tu podrido ser fuera capaz de sufrir.
Hoy yo te digo: ¡Chao! de juana, púdrete en el infierno de tu asqueroso futuro contando una y otra vez el número de huérfanos que provocaste.
¡Chao! de juana, sigue viviendo con el miedo a que algún familiar de tus víctimas se tome la justicia por su mano y acabe con tu asquerosa vida.
¡Chao! de juana, me despido confiando ciegamente en que los revolcones con tu novia nunca lleguen a engendrar otro ser tan despreciable y repugnante como tú, de juana.

           
                  Perato
Madrid, 17 de marzo de 2007

Malditos Bastardos