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LA ESTÚPIDA TOMATINA DE BUÑOL

    
    La cadena de televisión española La Cuatro, relata la fiesta de la Tomatina de Buñol, en el noticiero de las 15:00h. de hoy, como -una guerra mundial con soldados armados únicamente con tomates- refiriéndose a las diferentes nacionalidades de los veinte mil participantes.
    En las imágenes que ilustran la noticia aparecen dichos soldados ataviados con cascos consistentes en medias sandías vacías. Esta estúpida e ignorante tradición de sólo setenta años de antigüedad consiste en lanzarse los unos a los otros ciento cincuenta toneladas de tomates para luego revolcarse en su jugo, eso sí, previamente espachurraditos para no hacerse daño. Incluso hay quien se emociona con la celebración.
    Hay otras muchas tradiciones memas en el territorio español como la Lucha del Vino en Haro consistente en una multitud echándose vino por encima, o de menor magnitud la costumbre de tirarles puñados de arroz a los novios cuando se casan, como si esto les otorgara la felicidad en su matrimonio.
    En infinitas poblaciones subdesarrolladas y no tanto, en el mundo entero, los agricultores las pasan medianamente putas para conseguir en sus huertos unos cuantos kilos de tomates para vender o alimentar precariamente a sus hijos. En infinitas poblaciones con pocos recursos los viticultores las pasan canutas para conseguir que sus viñas destilen unos cuantos litros de vino al año para poder venderlo y mantener a su familia. En infinitas poblaciones subdesarrolladas de Asia, India o Sudamérica las familias las pasan negras para conseguir recolectar unos sacos de arroz sin que el monzón o las plagas se lo jodan. Sin embargo aquí, en este país europeo, culto y desarrollado, en plena crisis mundial, un puñado de mentes iluminadas, pasan el tiempo tirándose literalmente toneladas de tomates a la cara siguiendo no se que especie de tradición imbécil mientras los medios de comunicación lo enaltecen en términos grandilocuentes. Mientras tanto en otro escenario mundial ciento de miles de refugiados huyen a pie de verdaderas guerras atroces, abandonando sus pueblos de origen, llevando nada más que lo puesto, obligados a mendigar un poco de agua y pan en un éxodo sin parangón en la historia del ser humano.
    Vergüenza.


         Perato
26 de agosto de 2015

Malditos Bastardos